Historia y evolución

Desde los principios de la cofradía, se pensó en contar con una sección musical para la misma, concretamente una banda de cornetas y tambores como las tradicionales que ha habido siempre en León. Fue en 2001 cuando se creó por primera vez la banda de la cofradía, y comenzaron los ensayos, cargados de mucha ilusión. Era una banda bastante joven en edad, y en cuanto a conocimientos musicales. Las marchas se aprendían de oído. El maestro escuchaba la marcha en un radiocaset, lo intentaba reproducir con la corneta y luego le transmitía lo aprendido al resto de músicos,  y esto se hacía tanto con la melodía como con el resto de voces de corneta.

En estos primeros años, la estructura de la banda se componía de timbales, tambores, y 3 voces de corneta, que nos prestaron cofradías de León. Durante los primeros dos años, fue invitada a procesiones como el Santo Entierro en León, Sahagún de Campos, Astorga, La Bañeza, Valencia de  Don Juan …

En 2005 se incorporaron las primeras trompetas y fliscornos. A medida que la banda crecía desde la Junta se vio oportuno buscar personas que fueran capaces de ponerse a cargo de la dirección musical de la banda. En 2006 se formó lo que puede considerarse como la primera dirección musical, formada por Miguel Diez Campelo y Juan García Robles, provenientes de la Cofradía del Dulce Nombre. Miguel abandonó al año la dirección, mientras que Juan se mantuvo hasta 2008. Este periodo fue uno de los de mayor aprendizaje de la banda, puesto que el nivel inicial era bajo, y había mucho que mejorar. Se progresó a nivel de repertorio, sonido y matices, y se empezaron a utilizar «partituras» si bien consistían en anotaciones de la digitación, más que en partituras reales. En este periodo, la banda participó en procesiones en León, Valencia de Don Juan, Astorga, La Bañeza, y certámenes como el Certamen de bandas de Semana Santa que organiza cada año el Ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo…

En 2009 la dirección fue algo bastante caótico. Se intentó mantener el nivel tal y como estaba. Fue entonces cuando varios componentes, decidieron terminar su etapa y abandonar la banda, lo cual se notó tanto anímica como musicalmente.

En ese ambiente, en 2010 la dirección recayó sobre el director de la banda de cornetas y tambores del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, Jose Luis Pastrana Saldaña, Josines. Se produjo entonces otro gran periodo de aprendizaje; se empezó a leer por partituras, se introdujeron las primeras marchas propias, el número de componentes aumentó y se introdujeron nuevas voces de trompetas, fliscornos y bombardinos. Se creó un ambiente de colaboración y compañerismo de los miembros, y la banda sirvió a la cofradía como embajadora ante otras cofradías y bandas, con las que se trabó gran amistad. La banda abrió nuevos caminos que se tradujeron en más actuaciones y conciertos.

Llegado 2013, Josines decidió que era momento de dejar la dirección de la banda de San Andrés, para centrarse en la suya. El puesto recayó en Francisco García Fernández, que era miembro desde 2003 y en la actualidad sigue siendo director musical de la banda. En Verano 2014, gran parte de los miembros decidieron abandonar la banda, quedándose esta reducida a 5 componentes.

En Septiembre de 2014 se reanudaron los ensayos, con una banda totalmente nueva, que es la que permanece en la actualidad, otra vez con componentes muy jóvenes, como en 2002. Quedando la banda en 14 componentes, el repertorio era más corto que en años anteriores y con menos instrumentos. Sin embargo, la ilusión era y sigue siendo muy alta y eso es lo que hace que la banda avance con paso lento pero seguro, afianzando desde el principio conceptos como la lectura de partituras, los matices de volumen, el sonido y el respeto entre miembros.

La banda ha crecido, notablemente, como sus componentes, contando en la actualidad con 30 miembros. En este nuevo proyecto ha participado, además de en las procesiones de la cofradía, en la semana santa de Valencia de Don Juan, de Valdevimbre, y de Astorga, y ha organizado y participado en conciertos benéficos, en cuaresma, y también en la cabalgata de Reyes de Gijón.

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